a veces escribo


para no molestarme con mi voz.
que atora y ata con nudos y moñitos
las ideas que arrazan y que sin palabras
existen.
a veces callo
por no pronunciar palabras
gastadas, violadas, argumentadas
para otro ser que en el fondo:
calla como yo.
a veces, solo a veces
me jacto que frente al espejo
está un cuerpo dado para los ojos de la materia.
prestado, ya instalado desde un principio.
solo callo
solo escribo
y mi cuerpo atado a mis sentidos
va durmiendo...
mientras yo sigo.