La red de nuestras relaciones con otros y el mundo natural, que ha producido los problemas que enfrentamos como familia humana, pueden ser cambiados.
La curación y el desarrollo deben estar enraizados en la sabiduría, en el conocimiento y en el proceso vivo de la cultura de la gente.
La participación es el compromiso activo de las mentes, corazones y la energía de la gente en el proceso de su propia curación y desarrollo.
Las estrategias más poderosas para el cambio siempre involucran el
modelado del papel positivo y la creación de ejemplos vivos de las
soluciones que estamos proponiendo. Caminando el sendero, hacemos
el sendero visible